Ya vimos esto pero afirmaremos. Así como el hombre pone leyes en la política, en el tránsito, etc., por ejemplo, una línea amarilla en el centro de la pista, es que es de doble sentido, o el color rojo en el semáforo es que no puede pasar, etc., existen leyes en el universo y la naturaleza como la ley de la gravedad, las leyes de Kepler, etc., empero estas leyes no las inventó el hombre sino que existen forzoso de una voluntad y una razón; alguien pues las inventó, y si es de la naturaleza, es que esta piensa, entonces tiene voluntad y razón, así pues se comprende que estas leyes del universo vienen de Dios necesariamente. Existe pues en la naturaleza, las leyes físicas y el universo, un espíritu: Dios, y así como obedecemos las leyes que nos pusimos, la naturaleza y el universo son quienes obedecen las leyes que puso el Creador; aquellos: universo y naturaleza, no son espíritus, sino obedecen como nuestro cuerpo obedece a nuestra alma; y al obedecer la naturaleza las leyes de Dios, se hace un equilibrio en el universo, por eso Einstein dijo: “Dios no juega a los dados con el universo”. Y también existen las leyes del hombre para que haya orden y equilibrio en la vida; que no haya choques de carros, que haya armonía. Y las leyes que puso Dios a nosotros: los mandamientos. Debemos obedecer para que haya armonía, orden, justicia, paz, amor, bondad y felicidad entre nosotros, por tanto. ¿Cómo pues puede venir orden sin una razón y una voluntad? Sin esa razón, sin Dios, los unos a los otros seríamos egoístas, luego pues sólo al egoísta no le conviene la existencia de Dios; seríamos como los animales que se quitan la comida, y si tiene “amor” la gallina cuida a sus pollitos, es instinto, no es de ella, es de su cuerpo.
Si la Existencia sería como una cosa botada, sin razón como causa, sin voluntad como causa, sin Dios, todo podría quedar impune: crímenes, etc., habría daños que quedarían impunes para siempre; existiría la injusticia con fuerza, no habría más que la justicia del hombre, imperfecto. Alguien dijo: “Muchas cosas escapan a la justicia del hombre, pero nada escapa a la justicia de Dios”; así muchas cosas quedarían impunes para siempre en lo desconocido. Si así fuera, la Existencia sería indiferente de lo que ocurre en la parte espiritual del mundo, esta sería sin Dios; en Romanos 3.5-6 de la Biblia dice: “Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre). En ninguna manera; de otro modo ¿cómo juzgaría Dios al mundo? Entonces con Dios se entiende que hay justicia, luego existe el castigo y el premio, el infierno y el paraíso. Existiendo justicia en la Existencia, todo tendría a eso, igual que la ley de la palanca de física: se compensa, brazo largo poca fuerza se hace, brazo corto se necesita hacer más fuerza. Todo pues tiende al orden, al equilibrio; así en lo espiritual todo tiende a la justicia. Si Dios hace justicia ¿a quién no le conviene su existencia?.
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