6.12 El alma.-

Vemos la luz pero las ondas de luz no miramos. Vemos lo que alumbra un foco en la pared y no miramos los rayos que van a la pared, sólo miramos el efecto de la luz, la pared iluminada. También no miramos las ondas hertzianas que van de una antena a un receptor (fig.)



Como explico en mi libro anterior, comparo el cuerpo como un televisor: el cuerpo es el trasmisor junto con el receptor (fig), y el alma es el que mira la televisión, o sea el hombre, el espectador, y las ondas de luz que van de lo que mira el hombre es en el televisor las hertzianas que van del trasmisor al receptor (fig. (a) ).



Y la imagen que se forma en la retina del ojo es la imagen que forma en el receptor (fig. (b)), y las ondas que van por el nervio óptico al centro nervioso de la vista, son las ondas de luz que van de la pantalla del televisor a los ojos del hombre (fig. (b)). Y ya en el centro nervioso del cerebro recibe la “imagen” el hombre, y es el ojo del que ve televisión (fig. (c)); y lo que siente el alma es lo que siente el espectador de la televisión (fig. (b)). Si el individuo que especta la televisión estaría muerto, nadie miraría la televisión, igualmente si no habría alma, y el cuerpo del que mira estaría vivo, sin alma este sería una máquina simplemente: luego nadie sentiría; no existiría nada conforme el cuadro de la Existencia:

El cuerpo es una máquina igual
que el televisor
Igualmente, comparando, el hombre maneja el automóvil o la grúa y el alma maneja el cuerpo. Esto hace comprender que la manifestación de las cosas existe al existir no sólo el cuerpo sino el alma; porque el cuerpo es sólo medio.

Qué es pues lo que verdaderamente existe: veo un plato volador y había sido sólo la luz de un avión. Oigo una radio en el río y sólo es el ruido de las aguas del mismo. ¿Qué es pues lo que verdaderamente existe? lo que se manifiesta, lo que se siente?; o lo que se razona, lo que comprende con la inteligencia. No debemos decir: “veo y creo” o “siento y creo” sino “pienso y creo” o “razono y creo”.