11.3 Los colores de la comparación.-

Para comprobar que la comparación es precisamente lo que hace existir las cosas de acuerdo a la manifestación: si un hombre blanco se viste de negro se nota más su color blanco, lo mismo si un hombre moreno se viste de blanco destaca más su color oscuro. Sin embargo, de acuerdo a la realidad los colores no han variado o intensificado. Cierta vez me encontraba en mi habitación y no había luz eléctrica, entonces encendí un mechero a kerosene, y mientras leía el viento del exterior disminuía la luz del mechero, casi lo apagaba, y yo miraba que no era así sino que más bien aumentaba la luz del exterior, o sea al disminuir la luz del mechero se ponía o inconscientemente yo ponía a esta luz como base o razón de comparación; luego pues era que la luz de la calle aumentaba y no era realidad, igual que sentimos que la tierra no gira sino el sol se mueve, así vemos. Así a la manifestación la hace la comparación, según la manifestación; según la manifestación las cosas existen por la comparación pues, y la referencia o base o razón es entonces particular.

Aún siendo colores opuestos existen contrariados, por ejemplo: una vez yo miré una malla de alambre que era de color plomo, con fondo el cielo blanco y la puerta oscura (fig.), la parte “A” de la malla la vi negra (fondo cielo blanco), y la parte “B” de la malla vi de color blanco (fondo puerta oscura), siendo la malla de un solo color: plomo, es que la parte “A” tenía como base, referencia o razón de comparación, el cielo blanco; luego como era más oscura la malla que el cielo, se miraba negra, y la parte “B”: puerta oscura, se miraba la malla blanca; esta es existencia o manifestación por la comparación, entonces esta pues hace lo relativo.


Se conoce en el espectro solar los colores que generalmente se dice son siete, pero según los colores complementarios y suplementarios; y los colores primarios son el rojo, el amarillo y el azul, y de ellos aparecen los demás colores. Del rojo su complemento es el verde, del amarillo es el violeta y del azul el anaranjado.

Estos colores son pues opuestos así como el negro con el blanco. Ahora, se puede hacer este experimento: mirar fijamente algo de color rojo un rato, e inmediatamente mirar a un sitio casi neutro en color como el plomo-blanco, y si por ejemplo hemos visto una estrella roja, miramos en ese sitio plomo o blanco una estrella verde, complemento del rojo; es que en la mente nos hemos acostumbrado al rojo al verlo fijamente, luego reaccionó el complemento verde, que “quiere” existir, ya que existió mucho en nuestra mente el rojo. Es como la ley de la reacción de la Física, y aparece el verde al ver repentinamente el lugar blanco o plomo; lo mismo sucede en los demás colores: amarillo se mira violeta, azul se mira naranja, rojo se mira verde, y viceversa. Al mirar un rato algo largo esa estrella roja y después a otro sitio por qué aparece el verde, de dónde existe? Existirá en la mente, esto obedece a la ley física de los colores complementarios. Empero, una vez yo miraba pensativo entre el pasto y la acera, el pasto es verde y la vereda plomo claro, un color casi neutro, casi blanco, pues si mezclamos el blanco con el negro que son complementos sale plomo; después cambié mi vista a sólo la acera y miré parte que correspondía al pasto color acera nomás, y la parte que correspondía a la vereda color verde. Según la ley anterior, al ver repentinamente a la acera, solamente se vería el color de la vereda su complemento que como no tiene sería sólo plomo y lo que corresponde al pasto se vería rojo. También hice el experimento y reemplacé el pasto por los otros colores y salían en la segunda mirada sus complementos. ¿A qué obedece u obedecía eso de la vereda y el pasto? Posiblemente era el estado de ánimo que me encontraba? Otra vez hice el experimento y no con el pasto sino simplemente con el color verde (algo más claro que el pasto), y salió en la segunda mirada, lo que correspondía al verde color rosado, o sea color rojo claro, y lo que correspondía a la vereda un color algo verde. Esto demuestra que los colores “quieren” existir porque al mirar la primera vez el verde que es contrario del rojo, este color se ve sin existir y hace fuerza en la segunda mirada, así existe. Empero, en compañía del color plomo en la segunda vez ya no existe el verde , luego como también “quiere” existir, se acentúa en la segunda mirada. Esto demuestra pues que todos los colores “quieren” existir y no sólo los colores sino todas las cosas; existe pues una voluntad escondida en la Existencia de todas las cosas.

Todo existe por la comparación que es base o razón para existir ya sabemos; pero la existencia para existir debe tener entonces una comparación que es la no existencia. Base de comparación para la vida es la muerte y para la existencia concretamente es la nada. Ahora el complemento de color blanco es el negro, y el blanco es luz. Todos los colores hacen el blanco, y el negro es la ausencia de luz, luego es como la nada. Empero, relativamente si ponemos el color amarillo como la existencia, su complemento, el violeta, sería la no existencia; pero en un mundo violeta la no existencia sería el amarillo. Ahora, en nuestro mundo habrá otro mundo con qué comparar y que la muerte, para nosotros es la muerte; mas para ese mundo, nosotros somos la muerte. Será pues la muerte otra dimensión, otro mundo.

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