19. LO BUENO Y LO MALO, Y LO BELLO Y LO FEO.

¿Por qué unas cosas son bellas y otras son feas? Una flor es bella y tiene perfume. Lo podrido tiene horrible olor, el excremento también, la comida es agradable, comer un buen asado o una fruta, empero, ¿de dónde viene eso?, nada es de la nada, todo tiene su razón, y su objeto, es que antes de nuestra existencia, antes de que aparezca el hombre y los animales, había una conciencia, que pensó obviamente, entonces el principio de la belleza y lo feo era esa conciencia, un ser. Ahora, el hombre y los animales no sabían que, por ejemplo, comer petróleo hace daño o comer lo podrido, no por el gusto, sino por las consecuencias, tampoco sabía que comer fruta hace bien; luego, primero come la cosa y en instantes le hace mal al estómago, también ingiere kerosene y le hace daño, pero al comer ciertas cosas sí le hace bien, entonces es consciente de que son malas unas cosas y otras son buenas, luego eso pasa a su subconsciente, y ya aprendió eso y queda en su memoria. Pero ese ser no es el hombre, y nosotros recordamos eso que aprendió ese ser, es pues ese recuerdo el inconsciente, los instintos, lo que fue bueno, lo que fue malo, ahora es bello y ahora es feo, lo que fue consciente ahora inconsciente; así la belleza es lo que es bueno, y fue bueno; es rica la fruta porque es buena. Con esto comprendemos que la belleza conscientemente es lo bueno e inconscientemente es lo bueno e inconscientemente es lo bello, lo rico, agradable; igual pasa con lo malo y lo feo.
Para recordar; la consciencia es lo que sabemos, lo que razonamos, entonces es la razón, por eso el principio de el sentir es la razón.

Razón -> Manifestación <- Medio <- Alma
Bueno -> Bello <-


Primero fue pues, consciente y bueno y después inconsciente y bello. Así son las flores con su perfume, pero ¿por qué hay plantas buenas y otras venenosas? ¿dónde está el objeto de esto? Si hubiese un hombre muy bueno que hiciera favores a dos personas, pero sin embargo hediera a excremento, y hubiese otro hombre muy malo que hiciera daño a esas dos personas, pero trascendiera a perfume, y las dos personas: una sería buena y la otra mala, egoísta dedicada a las cosas materiales, como sabemos que lo bello fue de lo bueno, y lo feo de lo malo, lo inconsciente de lo consciente pues. Con el correr de mucho tiempo, de acuerdo a esta ley cualquier olor sería grato a las personas sometidas a esto, y también cualquier olor agradable sería repelente, el individuo bueno amaría al hombre bueno y el olor a excremento, por ejemplo, le advertiría bienestar mientras el olor a perfume, por ejemplo, le advertiría sufrimiento; empero, el individuo egoísta no amaría al hombre bueno, sino que tal vez el olor a excremento le molestaría y recibiría el bien, digamos, tapándose las narices. Ocurrió una a un hombre que durante su niñez había un inodoro con una característica especial, feo; y una vez ya maduro entró a otro inodoro y sintió ese mismo olor y le pareció grato, porque le traía recuerdos agradables. Así también sucedió en el principio, antes de nuestra existencia, que no había todavía belleza ni fealdad, los olores, por ejemplo, no eran ni agradables ni feos, sino neutros, y lo que existía era la bondad y la maldad, el bien y el mal.

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