24. LA CASUALIDAD Y LA SUERTE.

En la suerte, en la casualidad no habrá una fuerza, una razón, una voluntad que obra, y luego ¿no existe la casualidad sino todo tiene su razón? Uno se encuentra dinero en un sitio, y pasado un tiempo en el mismo sitio se encuentra plata, y así sucedió a un hombre que se encontró en el mismo sitio, una esquina, dinero dos veces, aunque no era el mismo sitio pero si la misma calle se encontró un reloj de pared de perfectas condiciones en la basura, y pasó otro tiempo y volvió a encontrarse dinero en la misma calle, ¿Habrá una razón para esto y no hay casualidad?. En la revista Selecciones The Readers Digest (Diciembre de 1979) salió un artículo: “Hay casualidad en las coincidencias?”, y hay dicen muchas cosas extrañamente coinsidentes, donde se habla de varios investigadores sobre eso: Arthur Koestler, Alan Vaughang, Jhon Von Neumann, Adrian Dobbs, C.G. Jung y Wolfang Pauli; que piensan que no es posible que no haya casualidad, que exista una fuerza o razón que hace coinsidir. Si todo tiene su razón y objeto, la casualidad tendrá también; así si no habría casualidad, todo sería ya sabido, entonces no habría sorpresa, luego la vida sería sin sabor, no habría necesidad de vivir, el hombre vive de la esperanza, sin ella, no tendría voluntad de vivir.

La existencia viene de una razón, las leyes de Kepler, la gravedad, etc. todo tiene su norma, su razón para existir, entonces todo debe ser orden, pero también hay cosas desordenadas, por ejemplo, la forma de los continentes, son imperfectos, como la deriva, casuales; América no es en forma de un exágono por ejemplo, la Tierra será casi esférica pero con sus montañas, no es perfectamente esférica, sino esférica de acuerdo a la ley de la unidad. Ahora, puede ser que la casualidad y la suerte ha puesto una razón para que nosotros tengamos un campo donde hacer. Si el continente sería cuadrado, por ejemplo, el nombre no tendría necesariamente que descubrir, la configuración del continente, de pensar para moverse en la orilla, todo estaría puesto en su mano, ya nada haría, luego la casualidad tiene su razón para que el nombre viva, es para nosotros.

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